El entorno de Los Barruecos está dominado por increíbles bolos graníticos que encontramos alrededor de las charcas del Barrueco de arriba y el Barrueco de abajo. El museo Vostell Malpartida, en lo que era un antiguo lavadero de lanas del siglo XVIII, las tumbas antropomorfas y los restos de asentamientos romanos completan la magia y el misterio de este lugar.
Los Barruecos fue declarado, en febrero de 1996, monumento natural por la junta de Extremadura.
La fauna de este lugar es muy variada, encontramos ejemplares de rapaces como el águila culebrera o el milano real; aves acuáticas como el ánade real o la garza real y una multitud de galápagos leprosos; pero es la cigüeña el ave que cuenta con más tradición y representatividad en Los Barruecos. Un gran número de estos ejemplares engalanan las cimas de los enormes berrocales. Está considerado este lugar como el que más parejas, de estas aves, hospeda de todo el continente europeo. La especie más representativa del medio acuático es la tenca, con la que se repueblan las charcas para la práctica de la pesca deportiva.
En Los Barruecos, junto a los restos de asentamientos romanos, podemos encontrar un observatorio solar con grabados que tienen mas de 4500 años; en este lugar también nos topamos con una gran cantidad de tumbas antropomorfas.
Bajo Las Peñas del Tesoro encontramos dos obras de Volf Vostell, Viaje de hormigón por la alta Extremadura y El muerto que tiene sed.